¿Qué es la realidad? ¿Cómo definimos lo que es real? ¿Es real solo lo que aflora y percibimos por nuestros sentidos o lo que vivimos en nuestra mente también es real? ¿Dónde empieza y termina la realidad? ¿Es real solo lo que pasa dentro de nosotrxs mismxs o también afuera?
Quizá me he puesto intensa con tanta pregunta junta, pero me vengo arriba fácilmente con este tipo de preguntas. ¡Me encantan!
Está claro que si nos imaginamos que tenemos un limón en nuestra mano y le damos un bocado, nuestro cuerpo va a reaccionar. O al menos mi cerebro ya le está proponiendo a mi cuerpo se me ponga la piel de gallina y salive más de la cuenta. Y eso que es solo un limón imaginario.
¿Pero por qué pasa esto? La respuesta es simple: el cerebro no distingue entre ficción y realidad. Lo vive todo por igual. Toda película que esté proyectada en nuestra mente, sea imaginada o la veamos con nuestros ojos, es una interpretación de lo que está ocurriendo según la historia que nos estamos contando a través de los pensamientos que nos propone nuestro cerebro.
Desde la neurociencia vemos que es nuestro cerebro quién crea la realidad. Sí, la realidad es una percepción individual que genera nuestro cerebro teniendo en cuenta nuestra base genética, nuestra experiencia pasada y nuestras predicciones futuras.
A mi aún me asombra que percibamos tan solo el 0,5% de la realidad a través de nuestros sentidos (nuestro cuerpo tiene sus limitaciones para captar más allá). Y de ese 0,5% de información solo llega a la parte consciente el 0,01%, con la que nuestro cerebro construye sus pensamientos y emociones.
Nuestra realidad cambia cada vez que decidimos usar un pensamiento. Ahí nuestro cerebro se pone al servicio de ese pensamiento y construye una percepción de la realidad coherente con lo que pensamos. Al cerebro no le interesa la verdad, sino sólo la coherencia.
Estamos a tan solo un pensamiento de cambiar nuestra realidad. ¿Te atreves a experimentar?
Irene Vigué-Guix 