Me estoy acostumbrando a ir a una lavandería 24h cerca de casa para gestionar mis sábanas. Me recuerda a cuando vivía en Nueva York e iba los sábados a hacer la colada al laundry mat con mi backpack llena de ropa sucia de la semana.
Soy muy fan de vivir esta experiencia. No sé qué tiene ver la ropa girar, una y otra vez, que me relaja mucho. Es curioso que estar ahí sentada mirando la ropa girar me transporte a otro sitio de calma y paz absoluta.
Bueno, el hecho es que el otro día fui a la lavandería con mis sábanas y tuve cómo una espècie de epifanía trascendental. Estava leyendo el libro de ‘el código de la manifestación’ de Raimon Samsó, y algo en mi hizo ‘click’ en todo mi ser. Ahí, sentada en esa lavandería, sin nadie a mi alrededor, me rendí ante la vida. o dicho en otras palabras: dejé las riendas de querer controlar mi vida y se las entregué a la vida misma. O sea que ya no tengo el control y dejo que la vida me viva.
Siempre había pensado que si en algún momento de mi vida tenía una revelación sería en un lugar paradisíaco, en algún monasterio budista, meditando, haciendo algún retiro… pero no, fue en una lavandería. Y eso es maravilloso.
¿Te ha pasado algo similar? Te leo! ✨
(N)os abrazo,
IRENE

