A veces pensamos que no avanzamos o sí lo hacemos es porque hacemos mini pasos que no nos permiten recorrer grandes distancias.
Y creo que hay un factor clave que olvidamos: la vida sino es lineal sino que tiene forma de espiral.
A menudo revivimos situaciones, experiencias, aprendizajes, conversaciones… que parece que ya hayamos vivido y tenemos la sensación de que se repiten. Y eso en parte puede ser así (por ejemplo, cuando se repite una situación con distintas personas) y en parte no. Ya no somos las mismas personas que fuimos cuando experimentamos esa primera o anterior experiencia y, por lo tanto, esta situación que estamos viviendo (que aparentemente es igual que la otra) es novedosa e única. Y eso es maravilloso porque puedes ver como en situaciones parecidas reaccionas de formas distintas y vas aprendiendo en el camino.
De este modo, cado paso que hacemos, por muy pequeño que nos parezca, nos abre camino y nos ayuda a avanzar según el ritmo que tenemos que ir. Poco a poco se hace camino y no hay prisa para llegar.
Que cómo dice el proverbio: no tengas miedo de los cambios lentos ni de avanzar despacio, tenlo de permanecer inmóvil.