Como la realidad absoluta no existe tendemos a vivir la vida acorde con nuestra propia percepción y forma de ver las cosas y las personas.
Así pues, vivimos una realidad relativa y la vemos las cosas de acuerdo quiénes somos nosotrxs en cada momento.
Y por esa misma razón se manifiesta la ley del espejo y nos vemos reflejados en lxs demás, especialmente si hay una parte de nosotrxs que no queremos ver y la proyectamos hacia afuera.
Esto se traduce en que todo aquello que no nos gusta de los demás (o de esa persona en concreto) o que adoramos, es algo que está también dentro de nosotrxs y quizá está dormido. Como dice @monicafuste, “lo que te molesta de los demás es algo que te molesta de ti mismo”.
Es nuestra responsabilidad despertar esa parte dormida, aceptarla e integrarla para reconciliarnos con partes de nosotrxs mismxs que quizá desconocemos.
Somos todxs los adjetivos habidos y por haber y solo tenemos que mirar dentro para descubrirlos.