Hoy he vivido mi primera aventura fuera de casa después de tantos meses de confinamento. Yeeey!
Me he ido a uno mis sitos preferidos de la costa. Quería bañarme y pasar el día sin prisas dejándome llevar y disfrutando de la compañía.
Y me ha pasado algo muy curioso. Cada vez que me metía en el mar, me sentía formando parte de él. Cómo si de algún modo yo fuese una ola más, cómo si fuésemos uno.
Y mientras me dejaba llevar por el movimiento de las olas, sintiendo esta unión, me han venido versos de la nada (o del todo). Y en cuanto he salido del agua los he escrito tal cual en mi libreta.
Me siento muy afortunada de poder vivir este tipo de sensaciones y disfrutar escribiendo poesía desde este lugar. ¿Qué tendrá el mar que nos calma y nos da tanto?