Cuando se acerca el invierno, los árboles se quedan desnudos para trabajar desde su interior para poder volver a mostrar sus brotes en primavera. Lo mismo nos ocurre a nosotrxs. Cuando meditamos, silenciamos el exterior y conseguimos conectar con nosotrxs mismxs. La meditación nos hace estar desnudxs, igual que los árboles.